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Fui arrastrado por una danza de emociones y visiones que parecían ser creadas por las vibraciones de los instrumentos que se tocaban. Eventualmente, no sentí peso, tensión, dolores y una paz profundamente arraigada que persistió y desde entonces se ha quedado conmigo. Cuando me desperté a la mañana siguiente después de mi primera sanación con sonido, me sentí significativamente más equilibrado de lo que me había sentido en el pasado. ¡Este regalo de melodías armoniosas orquestadas por los corazones y las manos de David realmente inspiró para traer sanación a todos los asistentes y más allá!”